El mismo necio.
A ojos cerrados te espero. Le niego a mi vista el placer masoquista de contemplar las mentiras que tiendes hasta mi pecho, las torres de humo que levantas de los recuerdos, la estela luminosa que dejas en el cielo cuando cada mil años me cruzas diciendo que volverás.
Que importa si son mentiras, si el amor es (como dice Platón en “el banquete”) esa “locura divina”. Por ende es alejado de la racionalidad del cálculo, es puñalada que mata y alimenta.
ResponderEliminarEs mitad recurso y mitad carencia.
Saludos.
Exacto, por eso la espero (he ahi la carencia) con los ojos cerrados (he aqui el recurso.)
ResponderEliminarTiempo vengo con ganas de leer el banquete pero no se me da.