jueves, 27 de mayo de 2010

Leve.

Me arranqué las alas por caber, no en tus ojos sino, en mis manos y aun así no me alcanzo.

4 comentarios:

  1. eso de arrancarse las alas me dejo una imagen increible naciendome por la espalda... me gusta mucho el aspecto de este lugar querido amigo Vavo, y de mas esta decir que tambien su contenido...

    un abrazo

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  2. Matias, Mr. M., Sería bueno que las alas tengan raiz, cosa que si uno las arranca igual siguen naciendo por la espalda. "Ala y raíz la eternidad es eso.".

    Saludos abrazos y sonrisas.

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  3. Me estoy poniendo al día con este blog, y veo que quisiste ponerte en tus manos, pero no se pudo. En el que escribí yo (el del agua) sí me pude caber. Qué interesante leer otra postura sobre algo parecido.

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  4. Tal vez la postura tenga que ver mucho para caber o no caber en un sitio. Igual en los dos casos hay un acto que no consigue su fin, yo no me alcanzé y a ti aún no te toman. Te dejo por acá un poema antigüo que viene a ser el padre de esta entrada (a la madre ahora no la recuerdo bien.)

    Vine a ser
    y no me alcanzo

    no me basta bastarte

    no me dan mis manos
    para abarcarme
    ni te doy los besos
    que quisiera darte

    Ya ni hablar de versos
    o suspiros
    que no son ni uno
    mas que el otro
    y podrian ser bastante
    pero no quitan el frio.

    Y hace frio.

    Frio como cuando amanece
    frente al mar
    como cuando miraba
    tus labios
    como cuando duermo de lado
    y le doy la espalda a tu lado
    aunque no estes conmigo.

    La espalda a tu lado vacio.

    Ahora que lo releo, veo que la idea de no alcanzarme se pierde entre otras ideas mas resaltantes de esa epoca. Asi que tampoco sirve mucho.

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